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El trabajo de valorización de residuos no peligrosos que Tratamientos Ecológicos del Noroeste (TEN) realiza con el objetivo de regenerar suelos degradados, al tiempo que evita potenciales vertidos incontrolados, ha sido avalado por los resultados del proyecto europeo Life Reforest.

Un innovador sistema basado en la inoculación de los tecnosuelos elaborados por TEN con especies de hongos hace posible mitigar la erosión y la pérdida de terreno en zonas afectadas por incendios forestales. Se trata de la principal conclusión del proyecto Life Reforest, financiado por el Programa Europeo LIFE y ejecutado en los últimos dos años por un consorcio multidisciplinar integrado por CETIM, la Asociación Forestal de Galicia, la Associação Florestal de Portugal, Hifas da Terra, Indutec Ingenieros, la Universidade de Aveiro y TEN.

“Los resultados obtenidos muestran una clara reducción de la erosión del sistema de micotecnosuelos, observándose una reducción de entre un 70 y un 77% de la pérdida de suelo en comparación con las zonas en las que no se realizó ningún tipo de tratamiento”, explican desde CETIM, el centro tecnológico de investigación multisectorial que ha liderado el proyecto.

Dichos micotecnosuelos, una combinación de residuos orgánicos estabilizados e inoculados con hongos, permiten, tal y como subrayan los profesionales de TEN, “minimizar la contaminación de las aguas próximas a la zona incendiada al tiempo que proporcionan materia orgánica y nutrientes al terreno”. De este modo, añaden, “se acelera la restauración de la cubierta vegetal y se promueve la infiltración de agua”.

El proceso tras la valorización de residuos

Además del compost orgánico, gran parte del material que se obtiene con el proceso de valorización de residuos (en su mayor parte procedentes de las EDAR de las principales ciudades de Galicia) que se lleva a cabo en las instalaciones emplazadas en el municipio de Touro se destina a la elaboración de tecnosuelos. Estos permiten recuperar las funciones ambientales y productivas del suelo, siendo idóneos para la recuperación de zonas que han sufrido situaciones ambientales adversas, como es el caso de los terrenos quemados por incendios, escombreras e incluso antiguas explotaciones mineras.

Tras el desarrollo de los micotecnosuelos, que ha sido posible gracias al trabajo de los diferentes socios del proyecto, y diversas tareas de caracterización y diseño, entre octubre de 2019 y 2020 se instalaron tres zonas piloto en Galicia y Portugal para la demostración del sistema Life Reforest frente a otros métodos de reducción de la erosión y la no actuación sobre las zonas quemadas. Como valor añadido, en las mangas tubulares de material biodegradable en las que se dispusieron los micotecnosuelos, se incorporó un conjunto de semillas autóctonas seleccionadas de acuerdo a las características del lugar de implantación, con el objetivo de favorecer la regeneración natural de la zona.